LA CHICA NÚMERO 11

Elena Castillo presenta Justicia en el aire, un exitoso podcast que investiga crímenes sin resolver. Tras cuatro temporadas, decide abordar el caso del asesino en serie más temible de todos: el Asesino de los Números. Veinte años atrás, este serial killer tuvo en vilo a toda la ciudad, secuestrando y torturando a chicas jóvenes. Su modus operandi incluía una serie de precisos rituales. Tras el secuestro de la chica número 11, desapareció sin dejar rastro y la opinión popular aceptó que falleció en un incendio. Sin embargo, dos décadas después, una joven es secuestrada y Elena está convencida de que se trata del mismo asesino. ¿Ha vuelto realmente el Asesino de los Números, o es que Elena se está obsesionando demasiado?

Elena Castillo lleva un exitoso podcast llamado “Justicia en el aire”, en el que investiga casos sin resolver y ha llegado el momento de investigar el caso del Asesino de los Números, uno de los asesinos más peligrosos y que tuvo a toda la ciudad en vilo. Este asesino cometió sus crímenes hace 20 años, secuestraba a chicas jóvenes y las asesinaba y nunca se llegó a descubrir su identidad. Por este motivo Elena está decidida a dedicarle la nueva temporada de su programa, sacar a la luz todas las pruebas, hablar con testigos, familiares de las víctimas, expertos en el tema e incluso policías retirados… todo lo que sea necesario para encontrar a este asesino en serie. Todo parece ir bien, hasta que una niña de 11 años desaparece y Elena está convencida de que el responsable es el Asesino de los Números, todas las pistas la llevan a pensar a que ha vuelto, pero aún es demasiado pronto para confirmarlo, por lo que ahora la investigación se convierte en una carrera contrarreloj por encontrar a la niña y dar con el culpable. 

Hace veinte años en Minnesota, un asesino en serie, provocó el pánico entre la población: su modus operandi consistía en secuestrar a jóvenes, con tres días de diferencia - cada una un año más joven que la anterior - las retiene durante siete días y en este último día deja su cuerpo sin vida y con veintiún azotes en un lugar dónde es fácil de encontrar. Y así cada año, hasta que de repente para. En el año 2019, Elena Castillo empieza su podcast para intentar desvelar la identidad del conocidísimo Asesino de los Números, pues nunca se supo quién estaba detrás de estos asesinatos ni el motivo que tenía para cometerlos. Todo parece ir viento en popa: a la gente le gusta el programa, tiene pruebas que años atrás se desconocían, cuenta con la ayuda de un policía que trabajó en el caso y parece que la solución al puzzle cada vez está más cerca, pero una mañana como cualquier otra Elena recibe la llamada de que una niña ha desparecido de camino al colegio, nadie ha visto nada ni saben cómo ha ocurrido. Todo apunta a que el Asesino de los Número ha vuelto y no puede ser casualidad que la niña secuestrada tuviera 11 años, edad en la que el secuestrador paró su actividad. ¿Ha vuelto de verdad o es un imitador?

Conocí el libro gracias a la nota de prensa que recibí y una vez terminé de leer la sinopsis, supe que tenía que leer esta historia. La verdad es que me ha gustado, es un thriller entretenido, que se lee rápido, que no resulta para nada pesado pero que no ha conseguido quitarme el sueño.

La chica número 11 está narrado en tercera persona siguiendo principalmente la perspectiva de Elena y dividido en cuatro partes. Los capítulos se alternan entre el año 2019, año en el que Elena estrena la quinta temporada de su programa y se van realizando las distintas entrevistas, se conocen pruebas y todo aquello relacionado con el asesino; y el año 2020 es cuando se producen nuevas pistas y datos y el secuestro de la niña de 11 años.

Aunque no quiero hacerlo, es inevitable compararlo con el último thriller que leí, concretamente fue “Los crímenes de la carretera” y me mantuvo pegada a sus páginas; su ritmo era trepidante, sucedían cosas capítulo tras capítulo, tenías secretos, dudas, misterio y mucha acción. Aquí el ritmo es más lento, se centra más en la investigación en el día a día de Elena, en lo que sucedió hace años; incluso en algún que otro momento he sentido que necesitaba algo que hiciera boom para incentivarme a seguir leyendo, y aunque sí es verdad que hay cosas que sucede que tienen gran peso en la historia y te dejan con la boca abierta durante unos segundos. Luego hay otros momentos que no ves venir lo que va a pasar, y otros que claramente ya sabes qué es lo que va a suceder. 

Respecto a los personajes no he conseguido conectar mucho con ninguno. La protagonista principal es Elena y es la que lleva todo el peso de la historia, y está tan metida en su trabajo y en encontrar al asesino, que llega un punto en el que resulta obsesivo y enfermizo, aunque por otro lado lo entiendo. Diría que el resto de personajes son muy secundarios en comparación con Elena, incluso personajes importantes como su marido o la policía están muy por detrás de ella. 

La chica número 11 ha resultado ser una lectura entretenida, ágil, que de cierto modo te atrapa pero no ha conseguido quitarme el sueño. Es un thriller de ritmo pausado, todo se centra en descubrir pistas y más pistas, que parecen que no llevan a ningún lugar. Hay varios momentos que te sorprenden, pero el efecto es efímero.