LA HIJA DE LOS HUESOS

Han pasado cinco años desde que Lin, la hija del Emperador, se recuperase de la enfermedad que contrajo, pero sigue siendo incapaz de recuperar los recuerdos de su juventud que su padre parece tan empeñado en que recupere. Vive en palacio, aislada del mundo exterior y rodeada de los constructos que su padre crea y que en algún momento ella también hará, pero para ello debe convertirse en la Emperatriz y superar a Baya, el hijo adoptivo de su padre. En otra parte del Imperio se encuentra Jovis, un contrabandista que está buscando a su esposa desaparecida, pero mientras encuentra su paradero se encontrará con una curiosa criatura marina que parece no querer separarse de él y lo ayudará liberar a los niños de un cruel ritual. Por su parte, Phalue y Ranami tendrán que aprender a respetar sus ideales. Y por último está Arena, no recuerda cómo llegó al lugar en el que está pero sabe que no pertenece ahí y hará todo lo posible por escapar. 

Conocí el libro cuando la editorial anunció su publicación, justo el año pasado, y solo con ver la portada supe que tenía que leerlo. Al final conseguí hacerme con él, pero pasó el tiempo y no lo leí; hasta ahora. Y es que justo tengo su segunda parte gracias a la editorial, así que no podía retrasar más su lectura. 

Os voy a poner un poquito en situación pues el mundo creado por la autora me parece un poquito complejo: Lin es la hija del Emperador de la isla de Imperial, pasa sus días recluida en palacio intentado recuperar sus recuerdos de juventud para poder contestar con acierto a las preguntas de su padre y así conseguir llaves para, algún día, poder convertirse en la heredera y conocer el secreto de los constructos que su padre crea. Dichos constructos son una especie de criaturas vivientes - incluso diría que robots - que están esclavizadas por unas órdenes grabadas en fragmentos de huesos introducidas en su interior; obedecerán a todo aquel y a todo aquello que esté grabado en dichos fragmentos. Pero para poder ser la heredera, deberá ser mejor que su hermano adoptivo, Baya, a quién el emperador parece tener en alta estima y le está enseñando el complicado mundo de los constructos. Luego tenemos a Jovis, se convirtió en contrabandista forzoso, pues era la única forma de poder viajar por el Mar Eterno y encontrar a su esposa, que lleva desaparecida años; en su viaje se encuentra con Mefi, una curiosa criatura marina que parece incapaz de separarse de él y lo ayudará a liberar los niños que van camino del Festival del Diezmo, el lugar donde les será arrebatado una esquirla de hueso por orden del Emperador para que éste pueda seguir creando constructos. También tenemos a Phalue, hija del gobernador de una de las islas y a Ranami, su novia, una revolucionaria que quiere acabar con el gobernador. Y por último está Arena, un personaje misterioso que habita en un lugar desconocido pero no recuerda cómo llegó allí, aunque sí hará todo lo posible por escapar.

La hija de los huesos está narrada en primera persona a través de los personajes de Lin y Jovis, y luego en tercera desde la perspectiva de Phalue, Ranami y Arena. Está compuesto por 426 páginas y 49 capítulos, cuya extensión diría que es normalita. Las historias que más interés me han generado han sido la de Lin, Jovis y Arena, eran las que más secretos e incluso acción tenían. Las de Phalau y Ranami me daban un poquito más de pereza leerlas. 

Al principio, la historia se me hizo un poco complicada porque tenía cinco personajes muy diferentes entre sí y no tenían nada en común, a excepción de Phalue y Ranami que eran pareja. Con el avance de los capítulos fui descubriendo más cosas y vi cómo algunos caminos se iban uniendo y cuál era el objetivo de otros. En cierto punto del libro sentí que los que verdaderamente llevaban el peso de la historia eran Lin y Jovis, pues solo había capítulos de ellos y el resto de personajes pasaban a un segundo plano. Creo que hacer esto es un completo acierto por parte de la autora, pues en esos momentos lo que más no interesa es saber más cosas sobre lo que le está sucediendo a esos dos personajes. 

Os confesaré que había momentos en los que narraba Jovis que me aburrían un poco, porque casi todo el rato era lo mismo: ir en barca para encontrar a su esposa, preguntarse qué era Mefis, recordar momentos con ella y algún que otro enfrentamiento - y arrepentimiento - al salvar a los niños del Festival del Diezmo. La parte de Phalue y Ranami, no me apartaba gran cosa a la historia y es que no he llegado a congeniar con ninguna, cierto es que Ranami es el personaje que menos me gusta de todos. 

Es el primer libro que leo de la autora y la verdad es que me ha gustado bastante, a pesar de que para mi gusto tiene una pluma un tanto descriptiva siento que en ésta ambientación es necesaria, pero también sabe cómo crear momentos de tensión y dejarte con la boca abierta con varios giros que no esperas. 

Respecto a los personajes tengo que decir que todos me han gustado, a excepción de Ranami como he dicho antes. Quiero saber más de Lin y de los constructos. La relación de Jovis y Mefis, la criatura marina, me parece una maravilla. Phalue me parece un poquito sosa y no ha tenido mucho protagonismo en este libro, pero imagino que el segundo tendrá más. Ranami no me termina de gustar, creo que es un poco cabezota y quiere que Phalue piense como ella; incluso su relación no me dice nada. Arena es la que más curiosidad me genera en estos momentos. 

El final del libro está lleno de acción y revelaciones, con una de ellas tenía cierta intuición, y aunque no está confirmado del todo tengo esperanza. Comentar también que no hay ningún tipo de trama amorosa, a excepción de lo que he comentado anteriormente, y es que no es necesaria en ningún momento y tampoco llegas a echarla de menos.

La hija de los huesos ha sido una lectura que he disfrutado mucho, y eso que al principio me estaba costando un poco. Tanto la idea y la ambientación me parecen un acierto total.  Tengo muchas ganas de continuar con el segundo libro.